En este informe, detallamos la ubicación y los ingresos generados por los 10 radares que imponen más multas en Cataluña, una información valiosa para los conductores.
Hace dos años, en 2022, el Servei Català de Trànsit emitió un total de 758,659 multas por exceso de velocidad en la comunidad española. Esto representó un promedio diario de 160 sanciones, o dicho de otra manera, una multa cada 42 segundos. Este esfuerzo resultó en una recaudación total de 83 millones de euros.
En la última década, la tasa promedio de multas se ha mantenido constante desde la implementación de radares en 2003. El SCT ha afirmado que los accidentes graves han disminuido entre un 60 y un 80% desde la instalación de estos dispositivos, convirtiendo a Cataluña en la comunidad autónoma con la mayor cantidad de radares.
Cabe destacar que el Servicio Catalán de Tráfico asumió las competencias de Tráfico después de que estas fueran transferidas por el Gobierno, resultando en una mayor recaudación para la comunidad autónoma española.
TOP 10:
Estos son los 10 radares que imponen más multas en Cataluña:
AP-7 Amposta: 59,036 sanciones.
C-31 Castell d’Aro: 57,927 sanciones.
C-17 Aiguafreda: 36,099 sanciones.
AP-2 L’Albí: 22,994 sanciones.
C-31 Calonge: 22,948 sanciones.
C-17 Seva: 21,656 sanciones.
AP-7 L’Ametlla de Mar: 20,882 sanciones.
C-31 Badalona en sentido creciente: 20,636 sanciones.
AP-7 Ulldecona: 19,020 sanciones.
C-31 Badalona en sentido decreciente: 18,334 sanciones.
De los 83 millones de euros recaudados, más del 33% proviene exclusivamente de esta lista de 10 radares. Dos de ellos generaron 13 millones de euros: el radar de tramo en AP-7 entre Ulldecona con 6.6 millones y el de Amposta con 6.6 millones. Otro importante contribuyente fue el radar de C-31 en Castell d’Aro, que generó 6.5 millones.
A pesar de estos datos, se identificaron tres radares con cifras muy bajas en 2022:
C-66 en Sant Joan de Mollet: 52 multas.
N-260 en el Pont de Bar: 69 sanciones.
B-124 en Castellar del Vallès: 10 multas.
Alrededor del 40% de las sanciones anuales no se cobran por diversas razones, como notificar la multa al titular en lugar del conductor, recursos exitosos, procesos lentos, fallecimiento del infractor o prescripción de las multas. Las complicaciones aumentan cuando el conductor es extranjero, pudiendo resultar en un proceso que finaliza sin sanción para el infractor.
